martes, 25 de agosto de 2015

Elegir con libertad: aceptar el cambio.

Elegir con libertad. Sin duda este debe de ser uno de los mayores anhelos de la humanidad. Y es que elegir sin tensión una nueva experiencia, sin esfuerzo y gasto de energía, distinta a la que habitualmente experimentamos, es todo un privilegio.

Por supuesto, lo intentamos con buenos propósitos y planteamientos aparentemente diferentes cada vez, pero la mente está diseñada, en gran medida, para crear estabilidad y continuidad, y no cambio. Normalmente nos encontramos en un mundo acostumbrado a darnos las mismas respuestas casi todos los días (nuestro mundo), y son pocas las ocasiones en la que podemos olisquear algo de aire fresco. No siempre las cosas nuevas son como nos gustan, y siempre que no tengamos otra forma de hacerlo, las novedades y el cambio vienen de la batuta de la misma vida y de las leyes que la acontecen y la gobiernan; por supuesto, nuestra vida, que no una general o de “todos”, porque en cada uno hay una lectura diferente de lo que le sucede.

Por esto, si que es posible establecer unas reglas o unos criterios que, partiendo de nosotros, pueden servir para tener cambios deseados y relativamente sin esfuerzo, que no sin trabajarlos.

Aceptar el cambio es una de las estrategias necesarias para el sentirse bien y tener salud, para sentir una experiencia agradable y sin esfuerzos no necesarios. La aceptación del cambio está en la línea de una de las leyes que se pueden ver en todo lo viviente e, incluso, lo inerte, la transformación, el cambio continuo.


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