De la palabra alma podemos intuir un algo más, con sentido corpóreo, pero de la mente, es la sensación de un vacío inmanejable; una relación que se nos escapa.
Así se ve a la mente, como un algo a lo que se puede y debe controlar. Pero no la podemos manejar y nos damos una y otra vez de bruces con ello. Es imposible con una mente sin cuerpo. Esta se nos escapa.
La separación la hizo Descartes. Pero, hoy en día, científicos como Antonio Damasio, nos ayudan a entender que esta ruptura entre cuerpo y mente no es real, sino que existe una unión y que, de hecho, la mente es inseparable de los procesos corporales.
David González: salud sin síntomas.
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